Las campanas sonaban.
El clima combinaba con la atmósfera de la gran iglesia, alegre.
Un par de niñas entraban al lugar, llamando la atención de todos por el hecho de andar saltando y lanzando pétalos rojos y blancos, dirigiéndose al altar. Allí el esposo parecía un poco nervioso, pero a la vez entusiasmado, con su traje blanco y su típico peinado.
Una figura delgada, pelo castaño, y traje blanco entraba. Sus pasos eran lentos, pero a la vez apresurados.
Esos nervios se notaban: sus manos temblaban un poco, haciendo que un par de pétalos de su ramo de flores cayeran, su respiración era un poco agitada, y su expresión, oculta por su velo, mostraba felicidad, pero sus labios temblaban.
El piano dejo de sonar cuando este llego al altar. Miro a su futuro esposo y sonrió, asintió.
El padre de la iglesia sonrió y empezó con el sermón. Los votos de la pareja empezaron al rato.
Los anillos fueron puestos en los dedos anulares de ambos, y llego el momento...
..El momento del beso.
El novio le levanto el velo, viendo la felicidad de su pareja en esos ojos castaños y en esos labios.
Lo tomo suavemente de las mejillas, y fueron acercando sus rostros para dar el gran beso que marcaría su relación.
Faltaban centímetros, muy pocos. Ya estaban por hacerlo...
Pero un rayo sonó.
Ese rayo hizo despertar al rubio, quien luego de respirar agitado por despertar de esa manera, miro alrededor de su dormitorio: su escritorio seguía con esos papeles que había traído de la oficina, una cortina de una de las ventanas corrida, dejando ver aquella tormenta junto con la oscuridad de la madrugada. Y una foto en un marco de oro...
Esa foto le hizo recordar lo que había pasado hace mas de tres años. Todo se le vino a la mente.
El asesinato, las ultimas palabras de el, el juicio, la ejecución, y el funeral...
Este ultimo hizo que empezara a llorar, recordando aquel gris día en la que estuvo mirando la tumba de su abogado favorito durante mínimo mas de una hora.
A pesar del apoyo de sus fans o de sus amigos, aquella depresión no se le podía sacar de encima. Tampoco podía olvidar aquellas palabras que fueron las ultimas que salieron de la boca de su amado.
Te amo
Esas palabras empezaron a sonar en la cabeza de el sin parar, y la imagen del abogado al borde de la muerte y con lagrimas apareció repentinamente en la mente del cantante.
Golpeo una de sus almohadas, respiro profundo y se seco las ultimas lagrimas. Soltó un suspiro y miro la foto una vez mas: en aquella visita a la playa se habían sacado una foto abrazados.
Tomo la foto y acaricio la cara de aquella persona, y soltó otro par de lagrimas.
-...Yo también te amo, Apollo- Susurro Klavier, y dejo la foto en la mesita de noche donde estaba.
Se recostó abrazando la almohada que había golpeado, y cerro los ojos dispuesto a dormir.
Después de todo...
...Podía tenerlo en sus sueños.